A continuación un texto que me ha pasado Athal, creo que es realmente interesante y que merece nuestra atención. GUERRA Y PAZ
Guerra: Lucha armada entre dos ó más naciones ó bandos de una misma nación.
Paz: Situación y relación mutua de quienes no están en guerra.
Definiciones extraídas del diccionario de la RAE.
Es importante en los tiempos que corren, en donde la demagogia y el oportunismo acechan a la vuelta de la esquina, hacer un uso correcto y conocer el verdadero significado de las palabras y/ó expresiones, no sea que, por casual desconocimiento ó flagrante ignorancia, terminemos creyéndonos que lo blanco es negro y viceversa.
Pongamos, pues, para ilustrar esta situación, la actual situación política que se vive a día de hoy en España como consecuencia del alto el fuego de ETA y el subsiguiente proceso abierto con el gobierno del PSOE para, en palabras de su presidente, J.L. Rodríguez Zapatero, “Lograr por fin la paz”.
Así, dentro de este contexto, nos encontramos con que este proceso ha recibido, de boca de los miembros del PSOE y partidos asociados, el nombre de “Proceso de paz”, y que dentro de las numerosas actuaciones que éste conlleva, se han vertido declaraciones tales como “No voy a consentir que nadie cuestione la mejor oportunidad para la paz” ó “explorar todas posibilidades de paz con la ley en la mano y el Parlamento conocedor”, pertenecientes estas últimas al presidente del gobierno y José Bono, ex ministro de defensa, respectivamente.
La cuestión que planteo en este punto es ¿Estaba España en guerra?
Si, como puede verse en las citas que preceden este artículo, el concepto de paz es indisoluble del de guerra, puesto que sólo puede explicarse por contraposición con éste último, nos encontramos con que, de golpe y porrazo, como suele decirse, el gobierno español admite que España estaba en guerra.
Siguiendo esta línea discursiva debemos admitir, en principio, que en España se ha venido practicando una lucha armada contra un grupo de sujetos, los llamados etarras, ó contra los Vascos, si se prefiere adoptar el punto de vista del otro “bando” (los etarras). Y es en este punto cuando uno debe preguntarse ¿Es esto así? ¿Se han devuelto bombas con bombas y tiros con tiros? ¿Se han teñido de rojo las calles de España con la sangre de miembros de uno y otro bando? ¿Han enviudado mujeres, quedado niños huérfanos ó personas mutiladas de ambas partes?
Basta con acercarse al historial de bajas de uno y otro “bando” para darse cuenta de que no, de que realmente, no ha sido así, que no ha habido dos bandos enfrentados, que sólo ha habido unos asesinos y unas víctimas.
Por consiguiente sólo nos quedan dos opciones lógicas, ó considerar que efectivamente podemos calificar de “guerra” la situación en España durante los últimos 28 años, ó admitir que nos han hecho ver lo blanco negro, y nos han dado gato por liebre con este “proceso de paz”.
Y es que cabe preguntarse si lo que necesitaba España era una “paz” con ausencia de guerra ó Justicia, ya que, tildando de “proceso de paz” al actual negocio (en la medida en que se trata de una negociación) que se traen entre manos gobierno y etarras, lo que estamos haciendo es darle la razón a estos últimos, y admitir, de forma implícita pero no por ello menos real, que efectivamente hemos estado oprimiendo al pueblo Vasco con las armas y que los criminales que se encuentran en nuestras cárceles son prisioneros de guerra, no asesinos, estamos poniendo a las víctimas en situación de igualdad con sus verdugos, puesto que en una “guerra” no hay culpables e inocentes, tan sólo aliados y enemigos.
De este modo cabe, por parte del ciudadano español preguntarse qué es lo que realmente se persigue con este mal llamado, en el sentido estricto de la expresión, “proceso de paz”, una “paz” que realmente no puede darse en la medida en que no existía una guerra u otra cosa, como por ejemplo, la legalización de una formación política disuelta (Batasuna) por colaborar con una banda armada con el fin de poder aprovechar sus votos en futuras elecciones por medio de coaliciones ¿Una idea descabellada? Puede que sí, pero observando anteriores alianzas de este gobierno con partidos de la talla de ERC, que nunca se han moderado a la hora de exigir una Cataluña independiente y cuyos dirigentes no han tenido reparos en negociar directamente con miembros de ETA buscados por la justicia, mucha gente no descartaría esa posibilidad tan a la ligera.
Así, pues, me gustaría finalizar este artículo invitando a aquellos que hayan tenido la deferencia de llegar hasta aquí, invitándoles a plantearse si tal vez el nombre del mismo no debería haber sido “Paz y Justicia”.
Athal.