El blog de Mainakae

lunes, julio 31, 2006

Fraude en eBay

Hace tiempo que no navegaba por eBay, y me ha sorprendido ver lo rápido que (como cualquier mercado) degenera la cosa. Para aquellos que no lo sepan, eBay es un portal en Internet en el que se pueden realizar compras y ventas de artículos tanto de primera como de segunda mano, bien con precio fijo, bien por medio de subastas. Por el servicio de anunciar, y la moderación de las subastas, eBay cobra un porcentaje respecto al precio final de la venta. Además ofrecen ciertas garantías al pujar dentro de su sistema, como por ejemplo; en caso de ser víctima de una estafa suelen reembolsarte parte del dinero.

No es difícil imaginar formas de engañar a los incautos navegantes para que paguen por artículos inexistentes, ante las que eBay sale perdiendo en tanto que deben indemnizar y además pierden credibilidad e imagen frente a sus clientes. Sería lógico pues que llevasen una política estricta en cuanto a la credibilidad de los vendedores (recordemos que los más desfavorecidos son los compradores, que pagan antes de recibir el artículo). En el sistema de eBay recomiendan usar siempre PayPal y no comprar a un vendedor si no estás seguro de que es de confianza. Esa confianza se gana a base de “votos positivos” que te dan los compradores/vendedores al realizar cualquier transacción. Cuando encontramos un vendedor con un historial de 3000 ventas, con el 99% de satisfacción en los compradores, deberíamos estar ciertamente seguros de que dicho vendedor es de confianza. Cuando pagas con PayPal, te aseguras de que la persona a la que pagas tiene una cuenta, y por tanto una tarjeta de crédito, y una manera de dar con el y presentar una querella en caso de no llegar a un acuerdo.

¿Cuál es el problema entonces?; que hay fallos en todo lo anteriormente dicho. Cada vez más podemos encontrar casos de fraudes en eBay, en gran medida por parte de vendedores de países de oriente (china sobretodo), en los que se paga con PayPal, y a vendedores con cientos de votos positivos. ¿Cómo es posible?.

La respuesta una vez más es sencilla: cuando compras con PayPal, asumes que se pueden tomar medidas contra el vendedor en caso de no haber recibido el artículo. En caso de notificarse una estafa a PayPal, se puede cancelar el pago salvo en el caso de países como CHINA, que tienen poco respeto por el comercio internacional. Si compras un artículo a un vendedor chino, no te sorprenda que cuando no llegue te digan algo como “lo siento, no se puede cancelar la transacción”. Al menos puedes reclamar una compensación por parte de eBay, pero no será por el 100% del precio del artículo con lo que igualmente sales perdiendo.

…¿pero, no son de confianza?, ¡tienen cientos de votos positivos!. Cierto, pero los votos en si mismos no dan confianza (haz clic aquí para una muestra). Puntualicemos: Al realizar una transacción, tanto el comprador como el vendedor se valoran mutuamente; el comprador recibe un voto de compra, y el vendedor uno de venta. Antes de seguir debería explicar que en calidad, los votos pueden ser positivos (todo ha ido bien, es un comprador/vendedor recomendable), neutrales (se ha llegado a un acuerdo aunque posiblemente hubo problemas) o negativos (supongo que no he de explicarlo), y que los eligen comprador y vendedor. Cuando deseamos comprar un artículo, y miramos los votos del vendedor, estamos viendo tanto los votos de los COMPRADORES (otra gente que ha comprado a este vendedor), como los de los VENDEDORES a los que ha comprado artículos. Cualquier desaprensivo puede comprar 500 artículos de 0.01$ por un importe total de 5 dólares, y tener inmediatamente 500 votos positivos. Se pueden comprobar cuantos de los votos que tiene un usuario de eBay (comprador o vendedor, es lo mismo) son de son de clientes satisfechos, y tener un poco más de seguridad al realizar la compra.

Conforme pasa el tiempo se han ido formando mafias en eBay que no tienen ningún pudor a la hora de mostrar sus argucias, poniendo en venta enormes cantidades de anuncios falsos. Consiguen engañar al consumidor con fotos y descripciones detalladas -que se pueden conseguir en cualquier otro anuncio- de artículos a precios increíbles, y con tal cantidad de votos positivos que parece un auténtico chollo. Las dudas comienzan cuando el comprador cauteloso comprueba los votos del vendedor, y o bien se encuentra que en realidad no ha vendido NADA (solo tiene votos de compra), o que ha estado vendiendo multitud de artículos a 0.01$ (que sin duda serán los próximos votos positivos del siguiente usuario fraudulento).

Se han formado redes enormes en las que inflan la credibilidad de los usuarios fraudulentos a base de comprar y vender objetos ficticios por 0.01$, que a penas les acarrean ningún gasto con eBay. Estos usuarios aparecen, y en menos de un mes consiguen cientos de votos positivos, posteriormente ponen en venta decenas de artículos (como los conocidos iPod de apple) consiguiendo de esta manera grandes cantidades de dinero. PayPal no puede tomar medidas legales contra estos usuarios bien por ser habitantes de ciertos países (como el caso de China), bien por ser usuarios ficticios.

La duda que se me plantea es: siendo tan sencillo desenmascarar a estos usuarios ¿Por qué no lo hacen?, entiendo que cerrar completamente el acceso a venta en toda China en eBay sea una locura; pero prueben a hacer una búsqueda de artículos sin gastos de envío por menos de 1$, y encontrarán miles de candidatos a fraude; solo hay que seguir la madeja.

Como recomendación final; NUNCA compréis nada de China, y siempre mirad los votos del vendedor antes de confiar en el. Si solo lleva dos meses y tiene cientos de votos, muy posiblemente sea fraude. No descuidéis los gastos de transporte, a veces cobran precios irrisorios por el artículo, pero inflan los gastos de envío. Contad con las aduanas, y la posibilidad de que os carguen algo. En definitiva; estad siempre ojo avizor, que a cualquiera le pueden colar un tongo, y luego vaya usted a reclamar al maestro armero.

Un saludo.

Rompiendo barreras técnicas

Hola a todos de nuevo, os posteo un video mostrando una de las más curiosas investigaciones que he visto últimamente en el mundo de la robótica. Quien se haya sorprendido al ver a un robot andar sobre dos piernas, o al hablar... que se prepare para algo realmente interesante: sexo sucio y húmedo entre robots.



Sin lugar a dudas esto cambiará el mundo, una nueva generación de robots cochinos y viciosos, posiblemente inútiles, nos espera. No queda tanto para el robot alcoholico, el drogadicto, y el proxeneta.

Un saludo a todos.

domingo, julio 23, 2006

La verdad sobre perros y gatos


La Tierra prometida no halla la paz. Árabes y judíos se enfrentan desde hace medio siglo en un conflicto interminable, que desde el inicio de la Segunda Intifada ha alcanzado niveles de tensión sin precedentes en las dos últimas décadas. La política israelí de «mano dura» y el azote del terrorismo palestino han convertido la crónica del día a día en Oriente Próximo en el relato de una guerra no declarada.

El conflicto árabe-israelí se remonta a 1947, cuando Gran Bretaña decide abandonar Palestina —donde ya existían enfrentamientos entre los autóctonos y los judíos que se habían ido asentando allí con la esperanza de crear un «hogar nacional»— y deja el problema en manos de la ONU. Para poner fin a esta situación, Naciones Unidas aprueba, el 29 de noviembre de ese mismo año, un plan de partición del territorio en dos zonas: una israelí y otra palestina. Se crea así la situación idónea para que, el 14 de mayo de 1948, David Ben Gourion proclame el Estado de Israel.

Los países árabes de la zona se oponen al nacimiento del nuevo Estado y envían sus tropas desencadenando la primera guerra árabe-isrelí (mayo de 1948), que se prolonga durante más de un año y provoca un éxodo masivo de palestinos. En julio de 1956, la tensión se agrava cuando Egipto nacionaliza el Canal de Suez, provocando la respuesta de Israel, Francia y Gran Bretaña, que se alían e invaden el Sinaí. Las presiones de la ONU y EEUU les obligan a retirarse. Finalmente, el 27 de mayo de 1964 nace en Jerusalén la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

El 5 de junio de 1967 arranca la Guerra de los Seis Días: Israel ataca Egipto, Siria y Jordania y conquista los Altos del Golán (territorio Sirio), la península del Sinaí (territorio egipcio), Gaza (también egipcio por aquel entonces), Cisjordania (territorio jordano) y parte de Jerusalén. Unos años después, en octubre de 1973, se produce un nuevo conflicto armado, el del Yom Kipur (llamado así por tener lugar durante una homónima fiesta nacional judía, la del “día del perdón”), cuando Egipto y Siria atacan Israel y recuperan parte de los Altos del Golán. En abril de 1975 llega la Guerra de El Líbano con la ofensiva de Israel para expulsar a los palestinos de este territorio. El 5 de septiembre de 1972, un comando palestino asesina a 11 deportistas israelíes durante los Juegos Olímpicos de Múnich. En noviembre de 1974, la ONU reconoce a la OLP como legítima representante de Palestina.

El 18 de septiembre de 1978, Israel, Egipto y EEUU firman los acuerdos de Camp David, por los que el primero devuelve la península del Sinaí a Egipto. Pero no terminan los problemas: en junio de 1982, Israel invade El Líbano para expulsar a la OLP, que tenía su cuartel general allí y, en septiembre, milicias libanesas cristianas y las tropas del general Ariel Sharon irrumpen en los campos de refugiados de Sabra y Shatila, donde asesinan a más de 2.000 palestinos. En diciembre de 1987 comienza la Intifada —jóvenes palestinos se enfrentan con piedras al Ejército israelí en protesta por la ocupación de Gaza y Cisjordania—, que se saldó con más de 20.000 muertos y heridos; y el 16 de abril de 1988, Israel asesina al número dos de la OLP en Túnez.


El 15 de noviembre de 1988 nace el Estado Nacional Palestino, presidido por Yasir Arafat. Tres años después, en octubre de 1991, Madrid acoge una Conferencia de Paz en la que participan Israel, Palestina, Siria, Jordania y El Líbano y, en enero de 1993, prosiguen los buenos gestos con la reunión en Oslo de representantes de la OLP e Israel. En septiembre de ese año, Arafat e Isaac Rabin firman una declaración de principios basada en los Acuerdos de Oslo, en la que Israel reconoce a la OLP y otorga a los palestinos cierta autonomía a cambio de que renuncien a sus pretensiones territoriales.

En mayo de 1994, Israel y la OLP acuerdan, en la Cumbre de El Cairo, aplicar la primera fase de los Acuerdos de Oslo, que contemplan la retirada militar del 60% de Gaza y de Jericó. Dos meses después, el 1 de julio de 1994, Arafat regresa a Gaza y toma posesión como presidente de la Autoridad Nacional Palestina. En octubre termina la guerra entre Israel y Jordania, que duraba ya 46 años. Más tarde, en septiembre de 1995, Arafat y Rabin acuerdan ampliar la autonomía palestina en Gaza y Cisjordania y permitir la convocatoria de elecciones, que Arafat gana en abril de 1996. Pero su interlocutor, el laborista Isaac Rabin —gran impulsor del proceso de paz— es asesinado por un judío ultraortodoxo. Era el 4 de noviembre de 1995. Simon Peres le sucedió como primer ministro iraelí.

El 31 de mayo de 1996, el derechista Benjamín Netanyahu se convierte en primer ministro israelí. Su Gobierno duró menos de tres años: el 17 de mayo de 1999 se celebran nuevos comicios, en los que se impone el laborista Ehud Barak. Durante el mandato de Netanyahu, Israel entrega el 80% de la ciudad de Hebrón a los palestinos (enero de 1997), pero completa el cerco alrededor del sector ocupado de Jerusalén Oriental con el asentamiento de Har Homa. En octubre de 1998, se firma el acuerdo de Wye, que establecía la retirada israelí del 12% del territorio cisjordano si se suspendía la lucha armada.

El 6 de febrero de 1999 muere uno de los principales impulsores del proceso de paz, el rey Hussein de Jordania. En septiembre de ese año, Arafat y Barak firman la revisión del Acuerdo de Wye, que contemplaba la retirada israelí en tres fases del 12% de Cisjordania y la liberación de 350 presos palestinos a cambio de que la OLP garantizase la seguridad. En noviembre se reanudan las negociaciones sobre los territorios ocupados, pero se rompen pocos días después al construirse nuevos asentamientos. Y, en febrero de 2000, fracasa una nueva cumbre entre Arafat y Barak por desacuerdos sobre la devolución de tierras establecida tras la revisión de Wye.

2000 no fue un buen año. En marzo, Israel completa la entrega del 6,1% de Cisjordania y, en mayo, retira sus tropas del sur de El Líbano tras 22 años de ocupación. Pero los avances eran un espejismo: en julio fracasa la cumbre de Camp David, convocada por Clinton para negociar la soberanía de Jerusalén, y el 28 de septiembre se desata la Segunda Intifada, cuando Ariel Sharon, líder del Likud, visita la Explanada de las Mezquitas. El «excesivo uso de la fuerza» de Israel para reprimir la revuelta provoca incluso una resolución de condena de la ONU. En diciembre, Clinton propone a Barak y Arafat un plan que devolvía a Palestina un 95% de Cisjordania y un control restringido sobre la Explanada de las Mezquitas. Pero ese mismo mes, el día 9, Ehud Barak dimite y provoca el adelanto de las elecciones.

2001 comienza con buen pie: en enero, palestinos e israelíes se reúnen en el balneario egipcio de Taba para negociar un acuerdo sobre la propuesta de paz de EEUU. Pero en febrero, Sharon es elegido primer ministro y entierra las negociaciones al anunciar que no va a respetar los acuerdos de Taba. Poco después, en junio, se reúne con Bush en EEUU y reitera su negativa a desmantelar las colonias judías (condición para la paz fijada por Arafat). El 17 de octubre, extremistas palestinos asesinan al ministro de Turismo israelí, Rejavam Zeevi y, en diciembre, una oleada de atentados palestinos deja 26 muertos y 200 heridos. En respuesta, Israel bombardea Gaza y Cisjordania y rompe los contactos con Arafat.

2002 estuvo marcado por el asedio al presidente palestino: el 29 de marzo, Israel lanza la «Operación Muro Protector», que mantiene a Arafat cercado durante 34 días en su cuartel general de Ramala (Muqata) y, en septiembre, el Ejército de Sharon vuelve a ocupar la Muqata y sólo levanta el cerco tras las presiones de EEUU. A pesar de las repetidas condenas de la ONU, que en marzo apoya la creación del Estado palestino con la resolución 1397, Sharon continúa con su política agresiva: el 16 de junio, comienza la construcción del muro de separación entre Israel y Cisjordania. Se producen, además, cambios políticos: en octubre, Arafat presenta su nuevo Gobierno y, en noviembre, la dimisión de los ministros laboristas deja a Sharon sin apoyo en el Parlamento y le obliga a convocar elecciones para enero de 2003.

El 28 de enero de 2003, Sharon es reelegido primer ministro de Israel. Arranca así un año marcado por la presentación, en abril, de la Hoja de Ruta: plan de paz del Cuarteto que fijaba la creación de un Estado palestino para finales de 2005. Este año se producen cambios sustanciales en la ANP, con el nombramiento, en marzo, de Abu Mazen como primer ministro. En junio, Mazen acude a la cumbre de Aqaba (Jordania) junto a Sharon y Bush. En este encuentro, los israelíes apoyan la construcción de un Estado palestino y prometen desmantelar los asentamientos ilegales. El 29 de junio, Hamas y la Yihad inician una tregua que se rompe en agosto con tres atentados suicidas. De nuevo, las buenas intenciones no llegan a nada: el 6 de septiembre, Mazen dimite por sus diferencias con Arafat sobre el control de los organismos de seguridad. Le sustituye Abu Ala. Mientras la Hoja de Ruta se queda también en papel mojado, Sharon aprueba, el 1 de octubre, la construcción de un nuevo tramo del Muro de Cisjordania.

En 2004 el conflicto no lleva camino de solucionarse: los asesinatos del líder espiritual de Hamas, el jeque Yasin, primero, y de su sucesor, Abdelaziz Rantisi, apenas un mes después, alimentan el odio de los palestinos. En abril, Sharon viaja a Washington para presentar a Bush su «plan de desconexión» (evacuación no negociada de 17 de los 21 asentamientos judíos de Gaza y retirada parcial de Cisjordania hasta una línea de seguridad). Pero su iniciativa es rechazada por el 59,5% del Likud en un referéndum interno. El 9 de julio, el Tribunal de La Haya declara ilegal el Muro de Cisjordania y exige su desmantelamiento. Y aunque la ONU insta a Israel a que cumpla la resolución, Sharon hace oídos sordos.

La muerte de Arafat, el 11 de noviembre de 2004, y la posterior renovación de las autoridades palestinas abren nuevas expectativas en Oriente Próximo. Dos meses después, Abu Mazen es elegido en las urnas como sucesor del 'rais'. El 8 de febrero de 2005, el líder palestino se reúne con Ariel Sharon en Egipto. Es la primera reunión importante en cuatro años.


El 8 de febrero de 2005, el proceso de paz recibía una nueva oportunidad. Ariel Sharon y Abu Mazen (sucesor de Arafat en la presidencia palestina) anunciaban un alto el fuego y se comprometían al estricto cumplimiento de la hoja de ruta. No significó, sin embargo, el fin de la violencia terrorista ni de las incursiones israelíes.

En agosto de 2005 se produce la evacuación de 21 colonias de Gaza y cuatro de Cisjordania. Es el denominado Plan de desconexión de Sharon, una medida no negociada y aplicada de manera unilateral por Israel, que aunque pone fin a 38 años de ocupación en territorio palestino es recibida con recelo por quienes dudan de las verdaderas intenciones de Sharon.

Hamas obtiene una victoria aplastante en las elecciones legislativas celebradas el 25 de enero de 2006. Considerada una organización terrorista por EE.UU y Europa, el grupo islamista consiguió 76 de los 132 diputados que componen la Asamblea Legislativa y que le otorgan una mayoría absoluta. Tras conocer los inesperados resultados, el líder de Hamas, Ismail Anilla, emplazó a Al Fatah y al resto de facciones palestinas para estudiar una posible 'asociación política'.

Datos extraídos del diario El Mundo.

Como se puede comprobar, el problema Israelí-Palestino es un problema que viene de largo, y que durante los más de 50 años que lleva en activo, ha impedido que los habitantes de uno y otro país conozcan la paz.

Se trata de un problema complicado, puesto que los palestinos no están dispuestos a reconocer a Israel como país y los Israelitas, que ya han tenido oportunidad de criar, al menos, una generación de israelíes que ha llegado a los 50 años, se consideran con tanto ó más derecho a permanecer en esa tierra que los palestinos.

Pero la verdadera dimensión del problema no estriba, a mi entender, en dicha disputa por la territorialidad, la cual confieso despierta muchos sentimientos, la mayoría de ellos contradictorios, en mi persona, sino en la serie de aliados que cada nación arrostra tras de sí, así nos encontramos con EEUU y Gran Bretaña tras Israel (ver la guerra por la liberalización del canal de Suez), mientras que por otro lado nos encontramos con Jordania, el Libano, Siria, Egipto y, más recientemente, Irán tras Palestina.

Todos y cada uno de estos países “agregados al conflicto” son, según mi humilde opinión, quienes verdaderamente deben considerarse culpables de que la situación haya llegado hasta donde ha llegado, ya que, como bien apuntaba un buen amigo mío, si no hubiesen intervenido nunca, posiblemente israelíes y palestinos hubieran solucionado sus diferencias, de una forma u otra, y tal vez la historia hoy sería muy distinta, con una Israel que, sin la ayuda en las sombras de EEUU y Gran Bretaña, sería poco más que una vulgar organización terrorista subvencionada por el tío Sam, como en su día lo fue el movimiento Talibán en Afganistán. Lo mismo podría decirse de Egipto, Siria, Jordania e Irak, que vieron en el naciente estado de Israel una estupenda oportunidad para echar un pulso a la administración norteamericana, que se estrenaba como primera potencia mundial tras la caída de la Alemania nazi y, de paso, ejercitar un poco su maquinaria bélica con la excusa de ayudar a su vecino en el Islam (ver la guerra de 1948), todo ello, probablemente, con la intención de medir la capacidad de respuesta de el mundo occidental en la antesala del apoderamiento del canal de Suez por parte de Egipto 8 años después.

Juegos de intereses por aquí y por allá que, hasta la fecha, tan sólo se han traducido en la muerte de miles de personas a lo largo de las últimas décadas, muertes de palestinos e israelíes en su mayor parte, mientras que sus taimados vecinos y los reluctantes EEUU y compañía han preservado la vida de sus soldados y gentes.

Es por todo ello que desde este momento, y a partir de ahora, me niego categóricamente a inclinarme por un lado u otro del conflicto, puesto que no siento especial simpatía por ninguna de las dos nacionalidades, y mucho menos tengo interés por convertirme en un expoliador más de la situación, pues considero que ya son bastantes los que intentan sacar tajada de la situación (la zona es un enclave estratégico dentro del mediterráneo de primer orden), deseando desde aquí que nuestros políticos, tanto de uno, como de otro partido, dejen de inclinarse por uno u otro bando, se alineen para condenar la violencia ejercida por ambas partes y se preocupen más de los problemas domésticos, que no nos faltan.

Y es que durante demasiadas veces me he descubierto, para mi horror y sorpresa, calificando a unos de irracionales muertos de hambre y a otros de invasores prepotentes, pero lo cierto es que, tanto unos como otros, son seres humanos, criaturas de Dios encerradas en una espiral de violencia y horror que, difícilmente, se solucionará por una vía distinta a la de la aniquilación total de uno de los dos bandos. Tal es la magnitud del Odio que ambos países se profesan.

Autor: Adolf

sábado, julio 22, 2006

Cuando el odio fluye

No se como comenzar un post sobre el odio, salvo quizá odiando. El odio, curioso sentimiento que te hace olvidar el mundo que te rodea para centrar tu atención exclusivamente sobre el propio sentimiento. Alfa y omega de la maldad humana, no hay acto más violento ni deprobable que el realizado por odio. Frialdad matemática que busca causar el máximo de daño posible en todos los aspectos sobre la persona o entidad física odiada.

Supongo que cada persona reacciona de una manera ante el odio, algunos de manera explosiva y violenta, rabiosa, otros de manera mucho más fria y calculadora; trazando un plan detallado utilizando cada neurona de su cerebro en causar el máximo dolor al objeto del odio. Es posible que haya quien se bloquee ante el odio, quedando del todo inutilizado, aunque quizá ese estado tiene más que ver con el miedo que con el odio.

También son características de cada persona las cosas que le hacen odiar. Por lo general siempre es el fruto de algún tipo de acción que trae consecuencias muy negativas a la persona sujeto del odio, aunque también hay causas menores que generan odios menores y resentimientos. Otra característica del odio es que a diferencia del amor, es infrecuente su olvido. No es extraño ver una foto, recordar una frase, o evocar un hecho pasado, y encontrarse con los puños cerrados al punto de quedar los nudillos en blanco, y una ceñuda sonrisa en la cara.

Para mi desgracia soy de los frios y calculadores, de esos que tienen mayores capacidades para hacer sufrir que de hacer felices a los demás. De esos que cuando entra el odio, sale la humanidad por la misma puerta, dejando solo la maquinaria del cerebro al antojo de un amo cruel y despiadado. Además tengo mala memoria, pero no para el odio. Recuerdo bien cada vez que me he sentido mal por algo, cada niño que me hizo pasar un mal rato, cada chica que me rompió el corazón, cada golpe del destino que frustró mis planes. Cada vez que traigo uno de esos pensamientos a la cabeza, viene presto el odio, y con el una suave sensación de bienestar, como si engrasasen cada una de mis articulaciones, como si derrepente hubiera estado haciendo ejercicio durante años; me siento fuerte, agil y rápido. Tambien siento mi mente agil, y encuentro con velocidad maneras de vengarme. A cada momento se mejoran inflingiendo daño y sufrimiento de las maneras mas retorcidas, produciéndome un delicioso placer. Cuando odio no siento ningún tipo de misericordia, nadie se escapa en mi mente. Siento como mariposas en el estómago, una sensación parecida al enamoramiento más salvaje, pero dejando totalmente despejada la cabeza; como una droga que se alimenta del dolor, no te atonta y te hace más fuerte. El dolor se convierte en odio, el odio en el arma más horrible creada por hijo alguno de la naturaleza.

Si, el odio se parece mucho al amor, y supongo que tiene una relación directa: cuanto más has amado, más puedes llegar a odiar. Siguiendo con las diferencias entre el odio y el amor, es preciso recordar que es un sentimiento negativo, que a la larga te destroza, mientras que el amor a la larga te "redime". También es preciso decir que el amor es esquivo, se esconde y desaparece cuando le da la gana, pero el odio es fiel, el odio no te abandona, el odio siempre está cuando lo necesitas; y te da el empujón de vigilia antes de un examen, tonifica tus músculos cuando tienes que estampar tu puño en la cara de alguien, y te quita el dolor cuando vienen las represalias. Se lleva momentaneamente el sentimiento de culpa, la misericordia, se lleva todo lo que podría detener tus pasos encaminados al fin último del odio: remediar aquello que te causó daño. Posiblemente, el odio es el complemento consciente de los instintos de autoconservación: está destinado a protegerte contra daños futuros, pero ¿por que puedo despertarlo a voluntad?, ¿por que puedo ir a buscarlo al cajón?, mirar una foto, recordar la frase mágica... y ya está aqui, tecleando por mi, viendo los fallos en la argumentación, mis propias debilidades, pasando por encima de ellas, tapando los huecos, haciéndome volar. ODIO.

Aunque puede mantenerse durante mucho tiempo, el odio termina remitiendo, guardando de nuevo su semilla en tu interior tras una cosecha rápida; presta a germinar en cuanto la necesites. El resultado de la cosecha es la desolación, el vacío, una leve sensación de rabia y pena que se van debilitando hasta dejarte sumido en la culpabilidad. Campos sembrados con sal, en los que no volverá a florecer nada bueno ni bonito entre sujeto y objeto del odio. En ese punto la razón te dice que tal vez, si no hubieras odiado tanto, o si hubieras sabido contenerte, no se hubiera perdido toda posibilidad futura de utilizar de nuevo ese terreno, haciendo surgir de nuevo el dulce fruto.

Supongo que esta es una manera como otra cualquiera de decir: "si: odio, me arrepiento, y pido perdon a quien haya podido hacer daño".

Gracias una vez más por leer.

Un abrazo.

jueves, julio 20, 2006

Sobre el sexo y sus consecuencias

Hace ya algún tiempo que no escribo nada en el blog, aunque para mi sorpresa han seguido publicando comentarios (lo que me llena de orgullo y satisfacción). Parte de esta sequía debo atribuirla a los duros días del final del cuatrimestre, en los que agobiado con exámenes y prácticas, a penas tuve tiempo para escribir. Y como es natural, tras el ímprobo esfuerzo ha de llegar el bien merecido descanso (o no tanto si atendemos a los resultados obtenidos). Entre unas cosas y otras (el esfuerzo y el descanso), no he escrito una línea.

Otra lectura posible de la situación sería la siguiente: “en este mundo o estás trabajando o tocándote las narices”, que nos llevaría a la conclusión de que no he escrito nada porque es imposible, o porque no me ha salido de las susodichas. Como resulta evidente que he escrito en otras ocasiones, concluyo que no he escrito por el segundo motivo. Se podrían argumentar (sin motivo aparente) muchas cosas sobre la entrecomillada frase de antes, como por ejemplo “oh, no es cierto, hay veces que estás estresado, o estas haciendo algo poco importante que te deja tiempo libre”… estar estresado es una forma de desaprovechar el tiempo que deberías estar tocándote las narices, para tener una excusa por no haber trabajado: ESO SI QUE ES PERDER EL TIEMPO, que estupidez.

Bueno, me estoy desviando del tema: soy un perro que hace semanas que no escribe nada, y lo que lleva escrito hasta ahora no merece mucho la pena (intentaré cambiarlo), PEEERO, ¡tiene algo importante que decir!:


Un estudio concluye que el sexo durante la fase final del embarazo ayuda a tener un mejor parto”

¡Sí amigos!, he obviado otras noticias mucho menos interesantes como la guerra que está a punto de desatarse en Israel, o la política exterior China, o incluso la naturaleza de mi desayuno, porque en cuanto he leído esta me he dejado llevar por la estupefacción y el desenfreno. ¡Es estupendo!, ahora no queda ninguna excusa para no tener relaciones sexuales en cualquier momento (no estoy siendo sarcástico, en serio). Las relaciones sexuales reducen el dolor menstrual, ayudan a reducir kilos, mejoran la circulación, el buen royito, ¡mejoran el CI de los hombres! (se ha demostrado que durante los 30 minutos posteriores al coito, el cerebro masculino vuelve a su posición natural: sobre los hombros, aunque al rato vuelve a desplazarse a posiciones próximas al “ecuador”), también dan gustito y por último (y no menos importante) ayudan a mantener viva la especie. ¡A esta lista además tenemos que añadirle que ayudan en la fase final del embarazo! (que se produjo en última estancia gracias a las relaciones sexuales).

Como siempre; habrá detractores de la grandiosa noticia. Casi puedo oír sus comentarios. “NADIE HA PENSADO EN LOS NIÑOS?!”… evidentemente no, no hemos pensado en ellos. Son ciegos hasta que pasan unas semanas tras el parto, por tanto difícilmente se van a enterar que eso que les rasca la espalda es… su padre (o no). Además, ya va siendo hora de que salgan de casa… o de tu mujer, para ir a mamar de otros pechos (los de tu mujer otra vez). Habrá quien diga: “y no hubiera sido más fácil no tener relaciones sexuales, y disfrutar tan solo de la vista y compañía de tu mujer, cochino!. Luego el hijo te sale tuerto y vienen los madresmias”. No se, cada cual que se forje su opinión, y luego que me las digan; prefiero elegir de entre varias posibles, que crearme una propia, y luego tener que desecharla.

Un abrazo para todos, y ya sabéis: no sabéis nada nuevo porque no digo más que chorradas.

domingo, julio 09, 2006

Merece la pena

Supongo que al final tenía que pasar algo así. Debe ser algo parecido al síndrome de Estocolmo, pero con los exámenes. Por extraño que parezca, estoy más preocupado con el “que pasará” posterior al último examen de esta convocatoria de junio que con el examen en si mismo. Sí, mañana tengo el último examen de esta convocatoria, y me he dado cuenta de que estoy disfrutando estos últimos momentos, repasando la materia, planteándome otros ángulos a las preguntas de exámenes anteriores, reescribiendo una y otra vez las respuestas para que sean más concisas y certeras… en definitiva regodeándome con el último ratón de la madriguera. En un intermedio que he hecho para ducharme, más por compromiso con la higiene que por necesidad de un descanso, me he encontrado preocupado por pasado mañana, deseando que no llegue el final del examen.

Al principio me ha hecho gracia, luego me la ha seguido haciendo, y posteriormente he comenzado a escribir este artículo más que nada porque aunque me sigue haciendo gracia, entiendo que hay algo enfermo y perturbado en todo esto. Supongo que lo realmente triste de todo esto es que cuando empiezas a estar a gusto con algo, cuando empiezas a entenderlo con profundidad, cuando te haces su amigo, cuando lo haces parte de ti… toca despedirse. Sin embargo, aunque solo sea por esos escasos momentos de gloria tras haber superado todos los obstáculos, merece la pena comenzar de nuevo.

viernes, julio 07, 2006

Dos frases del día:



La Realidad del otro no se encuentra en lo que él te da a conocer, sino en lo que no puede revelarte. Por lo tanto, si vas a comprenderlo, no escuches lo que dice, más bien presta atención a lo que calla.
(Kahlil Gibran)


Que quede dicho, que de una vez por todas, hay cosas que no quiero saber. La sabiduría marca unos límites incluso al conocimiento.
(F. Nietzche)

Un saludo a todos.